En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Sé que no puedo esconder mi maldad, pero con mi boca confieso que he pecado mucho contra mí y mis prójimos, y lo peor contra Ti he fallado, sólo espero tu misericordia.


Que mis pecados cometidos no sean mi final, espero tu misericordia y aunque, muera físicamente, no debo temer por mi cuerpo sino más a la muerte de mi alma.


 Amén. 

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