Reflexión al Evangelio 15 de septiembre | Stabat Mater – Nuestra Señora de los Dolores

CREER EN MEDIO DE LAS PRUEBAS
Stabat Mater

Reflexión al Evangelio
Stabat Mater – Nuestra Señora de los Dolores
Martes 15 de septiembre de 2020
Vigésima cuarta semana / Tiempo Ordinario
Año Par

Introducción

El anuncio de Simeón parece como un segundo anuncio a María, dado que le indica la concreta dimensión histórica en la cual el Hijo cumplirá su misión, es decir en la incomprensión y en el dolor. Si por un lado, este anuncio confirma su fe en el cumplimiento de las promesas divinas de la salvación, por otro, le revela también que deberá vivir en el sufrimiento su obediencia de fe al lado del Salvador que sufre, y que su maternidad será oscura y dolorosa. En efecto, después de la visita de los Magos, después de su homenaje (« postrándose le adoraron »), después de ofrecer unos dones (cf. Mt 2, 11), María con el niño debe huir a Egipto bajo la protección diligente de José, porque «Herodes buscaba al niño para matarlo» (cf. Mt 2, 13). Y hasta la muerte de Herodes tendrán que permanecer en Egipto (cf. Mt 2, 15).

(…)María, la Madre, está en contacto con la verdad de su Hijo únicamente en la fe y por la fe. Es, por tanto, bienaventurada, porque « ha creído » y cree cada día en medio de todas las pruebas y contrariedades del período de la infancia de Jesús y luego durante los años de su vida oculta en Nazaret, donde « vivía sujeto a ellos » (Lc 2, 51).

María junto a la Cruz

Stabat Mater (…)Y he aquí que, estando junto a la Cruz, María es testigo, humanamente hablando, de un completo desmentido de estas palabras. (…) ¡Cuan grande, cuan heroica en esos momentos la obediencia de la fe demostrada por María ante los « insondables designios » de Dios! ¡Cómo se « abandona en Dios » sin reservas, « prestando el homenaje del entendimiento y de la voluntad » 39 a aquel, cuyos « caminos son inescrutables »! (cf. Rom 11, 33). Y a la vez ¡cuan poderosa es la acción de la gracia en su alma, cuan penetrante es la influencia del Espíritu Santo, de su luz y de su fuerza!

(…) A los pies de la Cruz María participa por medio de la fe en el desconcertante misterio de este despojamiento. Es ésta tal vez la más profunda « kénosis » de la fe en la historia de la humanidad. Por medio de la fe la Madre participa en la muerte del Hijo, en su muerte redentora; pero a diferencia de la de los discípulos que huían, era una fe mucho más iluminada. (San Juan Pablo II, Carta REDEMPTORIS MATER)

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

R/. Aleluya, aleluya.
Dichosa la Virgen María, que sin morir, mereció la palma del martirio junto a la cruz del Señor. R/.

EVANGELIO

san Lucas 2, 33-35
Y a ti, una espada te atravesará el alma.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, el padre y la madre del niño estaban admirados de las palabras que les decía Simeón. El los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: «Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel. como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma». 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Fray Nelson Medina, O.P.
Siete Inmensos Dolores Espirituales de la Virgen María
Siete Dolores espirituales:
Dios ha sido y sigue siendo ofendido
Rechazo a la Palabra de Dios
La gente es manipulable
Hay placer en la crueldad
La Humanidad es voluntariamente ciega
Hasta los amigos de Dios traicionan
El demonio muestra su garra
Para la reflexión personal
  • María a los pies de la Cruz. Mujer fuerte y silenciosa. ¿Cómo es mi devoción a María, la madre de Jesús?
  • ¿Como enfrentamos las adversidades y contradicciones en la misión asignada de llevar la Buena Nueva del Señor?
Oración

Señor Dios nuestro: Sabemos que las penas y sufrimientos son inevitables en esta vida para los que siguen a tu Hijo crucificado. Danos suficiente confianza en ti para mantenernos fieles y para creer y esperar en tu amor incluso en el abismo del sufrimiento. Danos el valor de enfrentar y asumir
las dificultades de la vida y de llevar los unos las cruces de los otros, unidos a María, nuestra Madre Dolorosa, en servicio de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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