Reflexión Evangelio 28 de noviembre | 34º Semana | Tiempo Ordinario – Año Par

EN LA ORACIÓN, EL DISCÍPULO ESPERA ATENTO
Reflexión Evangelio 28 de noviembre

Reflexión Evangelio sábado 28 de noviembre de 2020
Última semana / Tiempo Ordinario
Año Par

Introducción

La oración de fe no consiste solamente en decir “Señor, Señor”, sino en disponer el corazón para hacer la voluntad del Padre (Mt 7, 21). Jesús invita a sus discípulos a llevar a la oración esta voluntad de cooperar con el plan divino (cf Mt 9, 38; Lc 10, 2; Jn 4, 34).

En Jesús “el Reino de Dios está próximo” (Mc 1, 15), llama a la conversión y a la fe pero también a la vigilancia. En la oración, el discípulo espera atento a Aquel que es y que viene, en el recuerdo de su primera venida en la humildad de la carne, y en la esperanza de su segundo advenimiento en la gloria (cf Mc 13; Lc 21, 34-36). En comunión con su Maestro, la oración de los discípulos es un combate, y velando en la oración es como no se cae en la tentación (cf Lc 22, 40. 46).

San Agustín resume admirablemente las tres dimensiones de la oración de Jesús: “Ora por nosotros como sacerdote nuestro; ora en nosotros como cabeza nuestra; a Él se dirige nuestra oración como a Dios nuestro. Reconozcamos, por tanto, en Él nuestras voces; y la voz de Él, en nosotros” (cf Institución general de la Liturgia de las Horas, 7).

Por eso, el cántico de María, el Magnificat latino, el Megalinárion bizantino (cf Lc 1, 46-55) es a la vez el cántico de la Madre de Dios y el de la Iglesia, cántico de la Hija de Sión y del nuevo Pueblo de Dios, cántico de acción de gracias por la plenitud de gracias derramadas en la Economía de la salvación, cántico de los “pobres” cuya esperanza ha sido colmada con el cumplimiento de las promesas hechas a nuestros padres “en favor de Abraham y su descendencia, para siempre”(CIC #2611 – 2612 – 2616 – 2619)


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 21,36
R/. Aleluya, aleluya.

Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. R/.

EVANGELIO

San Lucas 21, 34-36
Velen para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Estén alerta, para que los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.

Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre». 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Fray Nelson Medina, O.P.
Ansía de cielo
La respuesta a todas tus preguntas está en ver a Dios cara a cara, porque en conocerlo a Él plenamente está la fuente de todo lo que has amado si has amado bien.
Para la reflexión personal
  • ¿Qué está estorbando nuestra vida espiritual, el dar importancia a la oración, mantenerme alerta?
  • ¿Dónde está el reino de Dios entre nosotros? ¿Puede la gente percibir que Cristo está realmente aquí entre nosotros, en nuestras comunidades cristianas?
Oración

Señor, tu nos enseñaste a orar para mantenernos despiertos. Haz que te reconozcamos, que seas la luz de nuestras vidas. Es tanto lo que nos espera dentro de poco tiempo y queremos estar vigilantes y no dejarnos envolver por los asuntos de la tierra, de tal manera que perdamos las del Cielo. Nos amparamos a la oración amorosa de nuestra Madre y le pedimos nos ayude a caminar en este valle de lágrimas. Amén.

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