Reflexión Evangelio 7 de diciembre | San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia – Memoria

DEJARNOS TRANSFORMAR POR JESÚS
Reflexión Evangelio 7 de diciembre

Reflexión Evangelio lunes 7 de diciembre de 2020
San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia – Memoria
Lunes II Semana de Adviento / Ciclo A, B y C

Introducción

No le seguían porque estuviera de moda: le seguían porque el mensaje de Jesús llegaba al corazón. Y además el pueblo veía que Jesús curaba, y le seguían también por eso. Pero lo que hacía Jesús no era solo un cambio de feo a bonito, de malo a bueno: Jesús hizo una trasformación. No es un problema de poner bonito, no es un problema de maquillaje, de disfrazar: ¡lo cambió todo desde dentro! Cambió con una recreación: Dios creó el mundo; el hombre cayó en pecado; y vino Jesús a recrear el mundo.

Ese es el mensaje, el mensaje del Evangelio, que aquí se ve claro: antes de curar a aquel hombre, Jesús perdona sus pecados. Va allí, a la recreación, recrea a aquel hombre de pecador a justo: lo recrea como justo. Lo hace nuevo, totalmente nuevo. Y eso escandaliza: ¡eso escandaliza!

Que el Señor nos ayude a prepararnos a la Navidad con gran fe, porque para la curación del alma, para la curación existencial, para esa recreación que trae Jesús, hace falta mucha fe. Ser transformados: esa es la gracia de la salvación que nos trae Jesús. Y hay que vencer la tentación de decir: yo no puedo, y dejarnos en cambio transformar, recrear por Jesús. Ánimo es la palabra de Dios.

Todos somos pecadores, pero mira la raíz de tu pecado y deja que el Señor vaya allá y la recree; y esa raíz amarga florecerá, florecerá con las obras de justicia; y tú serás un hombre nuevo, una mujer nueva. Siempre intentamos esconder la gravedad de nuestros pecados. Por ejemplo, cuando disminuimos la envidia. ¡Y eso es feísimo! ¡Es como el veneno de la serpiente que quiere destruir al otro! Hay que ir al fondo de nuestros pecados y luego dárselos al Señor, para que él los borre y nos ayude a avanzar con fe. (Papa Francisco. Homilía 5 de diciembre de 2016).


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.

Ya viene el rey, el Señor de la tierra; él nos librará de nuestra esclavitud. R/.

EVANGELIO

San Lucas 5, 17-26
Hoy hemos visto maravillas.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

Un día Jesús estaba enseñando y estaban también sentados ahí algunos fariseos y doctores de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, de Judea y de Jerusalén. El poder del Señor estaba con él para que hiciera curaciones.

Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de entrar, para colocado delante de él; pero como no encontraban por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús.

Cuando él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: «Amigo mío, se te perdonan tus pecados». Entonces los escribas y fariseos comenzaron a pensar: «¿Quién es este individuo que así blasfema? ¿Quién, sino sólo Dios, puede perdonar los pecados?».

Jesús, conociendo sus pensamientos, les replicó:
«¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Se te perdonan tus pecados’ o ‘Levántate y anda’?

Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados -dijo entonces al paralítico-: Yo te lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».

El paralítico se levantó inmediatamente, en presencia de todos, tomó la camilla donde había estado tendido y se fue a su casa glorificando a Dios. Todos quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto maravillas».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Fray Nelson Medina, O.P.
La verdadera espiritualidad de Adviento
Reflexión Evangelio 7 de diciembre
Debemos ser perseverantes y creativos a la hora de ayudar a cargar al hermano para llevarlo a Jesús,
dándole toda la gloria al Señor porque solo Él es quien puede obrar en su vida.
Para la reflexión personal
  • Son muchos los que, a veces sin saberlo, están buscando la curación, que viven en la ignorancia, en la duda o en la soledad, y están paralíticos. ¿Soy de los que se prestan gustosos a llevar al enfermo en su camilla, a ayudarle, a dedicarle tiempo?
  • Nuestro Señor ha dejado en su Iglesia un don grandísimo: El Sacramento de la Confesión. ¿Nos confesamos con frecuencia? ¿Animamos a otros amigos, familiares o conocidos a llegar al confesionario?
Oración

Padre Misericordioso, tú vienes a vivir en medio de tu pueblo; a los pobres y paralizados les traes tu perdón y tu tierna compasión por medio de Jesucristo tu Hijo. Danos la gracia de creer profundamente que tú quieres liberarnos de nuestro desaliento e impotencia. Danos una fe sincera y una confiada esperanza en tu amor compasivo y sanador,. Amén.

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