Sábado de la Octava de Pascua | Evangelio | 18 de abril

SÁBADO DE LA OCTAVA DE PASCUA
EVANGELIO

Sábado 18 de abril de 2020

En este fragmento del final del evangelio de Marcos se resumen esquemáticamente las apariciones del Cristo resucitado. Marcos quiere significar con ello la importancia de toda la comunidad de seguidores de Jesús, porque todos los que creen y esperan en Él, pueden recibir una respuesta de Jesús confirmando su fe. 

¿Vivimos la Pascua como un revivir nuestra fe y misión?
Acojamos el evangelio con la alegría y valor del testimonio y fuerza de Dios.

EVANGELIO

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.

Del santo evangelio según san Marcos 16, 9-15.

Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando.
Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.

Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando al campo. También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron.

Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado.
Y les dijo:
«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación».
Palabra del Señor. Gloria y honor a ti Señor.

Reflexión del Evangelio por Fray Oswaldo Escobar, ocd.
Obispo de Chalatenango
Meditación Teresiana por Fray Oswaldo Escobar, ocd.
Obispo de Chalatenango

Para la reflexión personal

  • María Magdalena, los dos discípulos de Emaús y los once discípulos: ¿quién tuvo mayor dificultad en creer en la resurrección? ¿Por qué? ¿Con quién de ellos me identifico?
  • ¿Cuáles son los signos que más convencen a las personas de la presencia de Jesús en medio de nosotros? 

Oración

¡Oh Dios!, que con la abundancia de tu gracia no cesas de aumentar el número de tus hijos; mira con amor a los que has elegido como miembros de tu Iglesia, para que quienes han renacido por el bautismo obtengan también la resurrección gloriosa.

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