Reflexión Evangelio 4 de marzo | Segunda Semana de Cuaresma – Jueves

LÁZARO LLAMA HOY A NUESTRA PUERTA
Reflexión Evangelio 4 de marzo

Reflexión Evangelio 4 de marzo
Jueves 4 de marzo de 2021
Segunda Semana de Cuaresma


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Lc 8, 15)
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.

EVANGELIO

Lucas 16, 19-31
Recibiste bienes en tu vida y Lázaro, males; ahora él goza del consuelo, mientras que tú sufres tormentos.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas.

Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Murió también el rico y lo enterraron. Estaba éste en el lugar de castigo, en medio de tormentos, cuando levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro junto a él. Entonces gritó: ‘Padre Abraham, ten piedad de mí. Manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas’.

Pero Abraham le contestó: ‘Hijo, recuerda que en tu vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá ni hacia acá’.

El rico insistió: ‘Te ruego, entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a mi casa, pues me quedan allá cinco hermanos, para que les advierta y no acaben también ellos en este lugar de tormentos’. Abraham le dijo: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen’. Pero el rico replicó: ‘No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo, entonces sí se arrepentirán’. Abraham repuso: ‘Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto’ «.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

Preguntémonos si yo soy un cristiano del camino de la mentira —solo del decir—, o si soy un cristiano del camino de la vida, es decir, de las obras, del hacer. Porque este hombre rico sabía los mandamientos, y seguramente todos los sábados iba a la sinagoga y una vez al año al templo. Tenía una cierta religiosidad. Pero era un hombre encerrado, encerrado en su pequeño mundo —el mundo de los banquetes, de los vestidos, de la vanidad, de sus amigos—, un hombre encerrado precisamente en una burbuja de vanidad.

No tenía la capacidad de ver más allá, solo su propio mundo. Y este hombre no era consciente de lo que pasaba fuera de su mundo cerrado. No pensaba, por ejemplo, en las necesidades de tanta gente, o en la necesidad de compañía de los enfermos… Solo pensaba en él, en sus riquezas, en su buena vida: ¡se daba la buena vida!

Es curioso que hasta haya perdido su nombre. El Evangelio no dice cómo se llamaba, solo dice que era un hombre rico, Y cuando tu nombre es solamente un adjetivo es porque has perdido sustancia, has perdido fuerza. Este es rico, este es poderoso, este puede hacerlo todo, este es un cura de carrera, un obispo de carrera… Cuántas veces nos pasa que nombramos a la gente con adjetivos, no con nombres, porque no tienen sustancia.

Y yo me pregunto: Dios, que es Padre, ¿no tuvo misericordia de ese hombre? ¿No llamó a su corazón para removerlo? Pues sí, estaba a la puerta, en la persona de aquel Lázaro, que si tenía nombre. Y aquel Lázaro con sus necesidades y sus miserias, sus enfermedades, era precisamente el Señor que llamaba a su puerta, para que ese hombre abriera su corazón y la misericordia pudiera entrar. Pero no, él no veía, solo estaba encerrado: para él, detrás de la puerta no había nadie.

Pidamos al Señor, la gracia de ver siempre los Lázaros que hay a nuestra puerta, los Lázaros que llaman al corazón, y salir de nosotros mismos con generosidad, con actitud de misericordia, para que la misericordia de Dios pueda entrar en nuestro corazón. (S.S. Papa Francisco. Misa en Santa Marta. Jueves 25 de febrero del 2016.)

Reflexión Evangelio por Fray Nelson Medina O.P.
Fray Nelson Medina, O.P.
Salvarse no es tan difícil.
Si nos libramos de quitarle el señorío a Dios y si no cerramos los ojos ante el prójimo salvarse no es difícil.
Para la reflexión personal

Estamos en Cuaresma y nos vendrá bien preguntarnos qué camino estamos recorriendo: ¿Voy por el camino de la vida o por el camino de la mentira? ¿Cuánta cerrazón hay en mi corazón todavía? ¿Dónde está mi alegría: en el hacer o en el decir? ¿En salir de mí mismo para ir al encuentro de los demás, para ayudar con las obras de misericordia? ¿O mi alegría es tenerlo todo en su sitio, pero encerrado en mí mismo? (S.S. Papa Francisco. Misa en Santa Marta. Jueves 25 de febrero del 2016.)

Oración

Señor Jesús, tú nos conoces hasta el fondo y sabes dónde ponemos nuestra confianza: líbranos de los proyectos mezquinos que nos proporcionan falsas seguridades y ábrenos a horizontes de vida eterna. Tú ves nuestro corazón y sabes con qué cosas se sacia y de qué tiene hambre. Que nuestros oídos permanezcan abiertos a tu palabra y nuestros corazones abiertos a ti y también a nuestros hermanos. No permitas que, en nuestra situación de bienestar, nos olvidemos de ti y de los hermanos,
o que pongamos nuestra esperanza solo en nosotros mismos. Danos la sana inquietud de buscarte a ti, siempre y en todo, Amén.

Tema #2. Curso de Apologética I 

Hablar con Dios

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