Reflexión Evangelio 9 de diciembre | Miércoles II Semana de Adviento | Ciclo A, B y C

UN ANUNCIO CARGADO DE CONFIANZA
Reflexión Evangelio 9 de diciembre

Reflexión Evangelio miércoles 9 de diciembre de 2020
Miércoles II Semana de Adviento / Ciclo A, B y C

Introducción

Las palabras de Jesús son un pregón de esperanza: «venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré». Es el aspecto principal de la figura de Jesús. Hace milagros, predica maravillosamente, anuncia el Reino: pero sobre todo atiende a los que sufren, a los desorientados, a los que buscan, a los pobres y débiles, a los pecadores y marginados de la sociedad. Tiene buen corazón. Quiere liberar a todos de sus males.

Nunca pasa al lado de una persona que sufre sin atenderla. «Venid a mí, yo os aliviaré». Es lo suyo: libera de angustias y da confianza para vivir. Ofrece paz y serenidad a los que han sido zarandeados de cualquier manera por la vida. A él le tuvo que ayudar un día el Cireneo a llevar la cruz. Pero él había ayudado y sigue ayudando a otros muchos a cargar con la cruz que les ha tocado llevar.

El Adviento nos invita a no dudar nunca de Dios. Nos hace el anuncio cargado de confianza: Cristo Jesús vino y sigue viniendo a nuestra historia para curarnos y fortalecernos, para liberarnos de miedos y esclavitudes, de agobios y angustias. No nos sucederán milagros. Pero si de veras acudimos a él, siguiendo su invitación, encontraremos paz interior y serenidad, y fuerza para seguir caminando.

El Adviento es escuela de esperanza y espacio de paz interior. Porque Dios es un Dios que siempre viene, en Cristo Jesús, y está cerca de nosotros y conoce nuestra debilidad. El Adviento no es sólo poesía. Es compromiso de colaboración con el Dios liberador que no quiere esclavitud ni ceguera ni sufrimiento en el mundo. (José Aldazabal. Enséñame tus Caminos 1)


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.

Ya viene el Señor para salvar a su pueblo. Dichosos los que estén preparados para salir a su encuentro. R/.

EVANGELIO

San Mateo 11, 28-30
Vengan a mí, todos los que están fatigados.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, Jesús dijo: «Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera». 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Fray Nelson Medina, O.P.
Al pecar nuestra mayor carga es la soledad
El yugo de Cristo no es un nuevo agobio, su carga no es un nuevo cansancio; Jesús nos ayuda a llevar nuestras cargas por eso se hacen livianas.
Para la reflexión personal
  • ¿Estoy dispuesto al sacrificio necesario para hacer agradable la vida de los demás? ¿Soy capaz de ceder mi juicio propio, sin pretender tener siempre razón? ¿Sé reprimir mi genio y pasar por alto los roces de toda convivencia?
  • El poder de superar nuestro mal carácter no ha de depender de la perfección ajena, sino de nuestra virtud. ¿Estoy cultivando en mi la virtud de la mansedumbre?
Oración

Jesús Manso y Humilde, cuando nuestras cargas sean demasiado pesadas de llevar, ayúdanos a seguir buscándote y enséñanos a volvernos humildes de nuevo. Derrama tu Espíritu, para ser personas que acogen; que al dolor o a la búsqueda de las personas no responden con legalismos y exigencias, sino con comprensión; personas que infunden paz y regalan ánimos a tantos y tantos que están desfallecidos por el camino; testigos y heraldos de esperanza, que es lo que más falta hace a este mundo. Amén.

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