Reflexión jueves 25 de noviembre | 34a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar

DOS VERBOS DEL ANTI-MIEDO
Reflexión jueves 25 de noviembre

Reflexión jueves 25 de noviembre de 2021
34a. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Lc 21, 28)
R/. Aleluya, aleluya.

Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Lucas 21, 20-28
Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo señalado por Dios.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito.

¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios les ha señalado.

Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

Os deseo que viváis el Adviento como un tiempo de noticias consoladoras y de alegre espera. «Aquí en la tierra es el hombre quien espera el regreso del Señor. Allá arriba en el cielo es el Señor quien espera el regreso del hombre»: ¡qué hermoso es esto! También Dios espera que vayamos allá. He aquí el tiempo de Adviento. Así hablaba don Tonino hace treinta años, comentando el Evangelio que escucharemos este domingo con palabras que parecen escritas hoy. Notaba que la vida está llena de miedo: «Miedo de nuestros semejantes. Miedo del vecino de casa… Miedo del otro… Miedo de la violencia… Miedo de no lograr algo. Miedo de no ser aceptado… Miedo de que sea inútil comprometerse. Miedo de que, de todas formas, el mundo no podemos cambiarlo… Miedo de no encontrar trabajo» (Homilía, 27 de noviembre de 1988).

Dos verbos del anti-miedo

A este escenario sombrío, solía decir que el Adviento responde con «el Evangelio del anti-miedo». Porque mientras los que tienen miedo están tirados por el suelo, el Señor con su palabra levanta. Lo hace a través de los «dos verbos del anti-miedo, los dos verbos típicos del Adviento»: cobrad ánimo y levantad la cabeza (cf. Lc 21, 28). Si el miedo te hace tirarte al suelo, el Señor te invita a levantarte; si la negatividad te empuja a mirar hacia abajo, Jesús nos invita a dirigir nuestra mirada al cielo, de donde vendrá. Porque no somos hijos del miedo, sino hijos de Dios; porque el miedo se supera venciendo con Jesús el replegarse en uno mismo: yendo más allá de este replegarse.

El Señor nos llama a cada uno de nosotros a salir al mar abierto. No quiere que seamos los revisores del muelle ni a los guardianes del faro, sino los navegantes confiados y valientes, que siguen las rutas desconocidas del Señor, lanzando las redes de la vida sobre su palabra. Una vida “privada”, privada de riesgos y llena de miedo, que se protege a sí misma, no es una vida cristiana. Es una vida sin fecundidad. No estamos destinados a sueños tranquilos, sino a sueños atrevidos.

La invitación del Evangelio

Aceptemos, pues, la invitación del Evangelio, esa invitación repetida tantas veces por don Tonino a ponerse de pie, a levantarse. ¿De dónde? De los sofás de la vida: de la comodidad que te hace perezoso, de la mundanidad que te enferma por dentro, de la autocompasión que te ensombrece. «Levantarse significa abandonar el suelo de la maldad, de la violencia, de la ambigüedad, porque el pecado envejece la tierra» (ibíd.). Alzados en pie, levantemos la mirada al cielo. Advertiremos también la necesidad de abrir nuestras manos a los demás. Y el consuelo que podremos dar sanará nuestros miedos.

Antes de daros la bendición, me gustaría saludaros con algunas palabras de esperanza, las de la última, brevísima “homilía” que don Tonino pronunció desde su cama, esperando a Jesús: «¡Señor mío y Dios mío! Yo también quiero ver al Señor resucitado y ser fuente de esperanza y alegría para todos. ¡Señor mío y Dios mío!». Que así sea para nosotros también. Gracias. (S.S. Papa Francisco. Audiencia General. Aula Pablo VI. Sábado, 1 de diciembre de 2018)

Reflexión jueves 25 de noviembre

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión jueves 25 de noviembre
La estrategia del enemigo para reinar.
El demonio se vale de nuestra arrogancia y ego mimado para salirse con la suya, para seguir atacando a Dios.
Para la reflexión personal

El hombre, rey de la Creación, aparece el último, y por este orden: todos los hombres en general, el pueblo de Israel, los sacerdotes, los ministros del Señor, el pueblo judío, los justos, los santos y humildes de corazón. Por último, los mismos jóvenes judíos fieles al Señor (Ananías, Azarías y Misael) son llamados a cantar alabanzas al Creador.
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.

Oración

Señor, ayúdame a ver todos los sucesos de mi vida en la perspectiva de la eternidad. Ver todo con tu mirada, para saber qué es lo que realmente tiene valor. Sólo al final de mi vida podré confirmar que todo tiene sentido y que la lucha por vivir el Evangelio vale la pena, pero ahora sé que nunca me voy arrepentir de lo que haya hecho por amor a Ti, ¡gracias por darme la certeza de mi fe!. Amén.


Evangelio de ayer:
EL EVANGELIO DEL SUFRIMIENTO

Por si no lo has visto
Tema #1: Introducción Al Libro De Apocalipsis

Un comentario en «Reflexión jueves 25 de noviembre | 34a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *