Reflexión viernes 15 de octubre | Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia – Memoria

LA FE DEBE SER COMUNICADA
Reflexión viernes 15 de octubre

Reflexión viernes 15 de octubre de 2021
Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia
Memoria

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Sal 32, 22)
R/. Aleluya, aleluya.

Muéstrate bondadoso con nosotros, Señor, puesto que en ti hemos confiado. R/.

EVANGELIO

Lucas 12, 1-7
Todos los cabellos de su cabeza están contados.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, la multitud rodeaba a Jesús en tan gran número que se atropellaban unos a otros. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos:

«Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir de la hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse. Por eso, todo lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad, se dirá a plena luz, y lo que hayan dicho en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas.

Yo les digo a ustedes, amigos míos: No teman a aquellos que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada más. Les voy a decir a quién han de temer: Teman a aquel que, después de darles muerte, los puede arrojar al lugar de castigo. Se lo repito: A él sí tienen que temerlo.

¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios; y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos».
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

Jesús define «levadura de los fariseos» la dureza del corazón que no quiere reconocer las propias culpas y la incapacidad para acoger el don de Dios (Cfr. Lc 12, 1). Con estas palabras, Jesús no sólo condena la actitud de falsedad y el afán de hacerse notar, sino también la presunción de creerse justos, que excluye toda posibilidad de auténtica conversión y de fe en Dios.

El acto de fe considerado en su integridad debe traducirse necesariamente en actitudes y decisiones concretas. De este modo, es posible superar la aparente contraposición entre la fe y las obras. Una fe entendida en sentido pleno no es un elemento abstracto, separado de la vida diaria; al contrario, abarca todas las dimensiones de la persona, incluidos sus ámbitos existenciales y sus experiencias vitales.

La fe debe ser comunicada

[…] En el texto de san Lucas que acabamos de proclamar, leemos: «Nada hay oculto que no haya de descubrirse» (Lc 12, 2). Esta expresión no indica simplemente el hecho de que Dios escruta el corazón de todo hombre. Lo que está oculto y ha de ser revelado reviste un significado mucho más amplio y tiene alcance universal:  se trata del anuncio evangélico sembrado en lo más íntimo de las conciencias, que hay que proclamar hasta los confines de la tierra.

Estas palabras de Jesús añaden un elemento importante a la reflexión sobre el acto de fe:  el paso de la esfera personal y, por decirlo así, de la intimidad del hombre, a la esfera comunitaria y misionera. La fe, para que sea plena y madura, tiene que ser comunicada, prolongando en cierto sentido el movimiento que parte del amor trinitario y tiende a abrazar a la humanidad y a la creación entera.

El anuncio evangélico no carece de riesgos.

La historia de la Iglesia está llena de ejemplos de fidelidad heroica al Evangelio. También durante nuestro siglo, incluso en nuestros días, numerosos hermanos y hermanas en la fe han sellado con el supremo sacrificio de la vida su adhesión plena a Cristo y su servicio al reino de Dios.

Ante la perspectiva de la renuncia y del sacrificio, que en algunos casos puede llevar hasta el martirio, nos sostienen las palabras consoladoras de Jesús:  «No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más» (Lc 12, 4). Las fuerzas del mal intentan entorpecer el progreso del Evangelio, tratan de anular la obra de la salvación y matar a los testigos de Cristo; pero precisamente el sacrificio de estos valientes obreros de la viña del Señor constituye la prueba elocuente del poder de Dios.

¡Cuántos momentos de prueba ha superado la Iglesia con la fuerza del Espíritu Santo! ¡Cuántos mártires de nuestro siglo han entregado su vida por la causa de Cristo! De su sacrificio han brotado abundantes frutos para la Iglesia y para el reino de Dios.

«No temáis»

[…] nos consuelan y animan las palabras de Jesús: «No temáis» (Lc 12, 7). Queridos hermanos, no tengamos miedo de abrir las puertas de nuestro corazón a la fe, de convertirla en experiencia viva en nuestra existencia y de anunciarla continuamente a nuestros hermanos. La santísima Virgen, modelo de fe y sede de la Sabiduría divina, nos haga discípulos fieles de su Hijo Jesús y heraldos generosos de su Palabra. (San Juan Pablo II. Homilía. Viernes 15 de octubre 1999)

Reflexión viernes 15 de octubre de 2021

Fray Nelson Medina, O,P.
Reflexión viernes 15 de octubre de 2021
Lo que nos salva no es la ley sino la fe.
No son las obras de la ley las que nos salvan sino aceptar en fe la propuesta de Dios.
Para la reflexión personal

El Señor quiere para los suyos una levadura, un modo de ser, bien distinto. Quiere que tengamos ante Él y ante los demás una única vida, sin máscaras, sin disfraces, sin mentiras. Hombres y mujeres de una pieza, que van con la verdad por delante. Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.

Oración

Gracias, Jesús, por tu amor y por este momento de oración. Conoces mi debilidad y cobardía ante las dificultades que hoy tendré que afrontar. Me preocupa el sacrificio que haré y me inquieta saber que los resultados pueden ser contrarios a lo que espero. Ayúdame a darme cuenta que Tú te harás cargo de cada minuto y detalle de este día y que todo lo bueno que resulte, será consecuencia de tu Providencia. Amén.


Hoy celebramos la memoria de:
Santa Teresa de Jesús
Fue una monja, fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos, mística y escritora española. También es conocida como santa Teresa de Ávila. Fundó 17 conventos por toda España y dejó una obra literaria importante a lo largo de su vida. Fue la primera mujer Doctora de la Iglesia Católica.

Evangelio de ayer:
LA LLAVE DE LA GRATUIDAD DE LA SALVACIÓN

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