Viernes después de ceniza | Reflexión Evangelio 19 de febrero – Cuaresma

¿PORQUÉ AYUNAR?
Viernes después de ceniza

Viernes después de ceniza
Reflexión Evangelio 19 de febrero
Viernes 19 de febrero de 2021
Tiempo de Cuaresma


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Am 5, 14)
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Busquen el bien y no el mal, para que vivan, y el Señor estará con ustedes. R/.

EVANGELIO

Mateo 9, 14-15
Cuando les quiten al esposo, entonces ayunarán.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron: «¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?». Jesús les respondió: «¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán». 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

Los discípulos de Juan acusan a los de Jesús de no ayunar. La respuesta de Cristo es muy significativa: él inaugura el tiempo mesiánico, el de las bodas, el tiempo escatológico anunciado por los profetas y el tiempo de alegría en el que no se ayuna por la presencia del esposo. Muchos no saben ver en Jesús al Mesías. No saben reconocer que el Reino de Dios es gozo, que es la perla por la que se está dispuesto a venderlo todo con alegría.

Siempre hay quien piensa que la renuncia por Dios es un peso y siempre hay quien tiene miedo del rostro gozoso de Dios: como si el Reino fuese únicamente sufrimiento. El ayuno cristiano no se limita a abstenerse de alimentos, sino a desear el encuentro con Jesús que salva con su Palabra.

Parece bastante oportuno, especialmente hoy, cuando se redescubre el ayuno por motivos dietéticos y estéticos: guardar la línea, vigilar el peso. Añadamos la difusión de las prácticas orientales, en las que el ayuno tiene su importancia, con vistas a descubrir el «yo» profundo. El ayuno no es, pues, extraño a nuestra civilización pluralista y abierta a todas las corrientes. Pero hoy la Iglesia subraya dos dimensiones esenciales del ayuno: su referencia cristológica y su dimensión de solidaridad.

La referencia a Cristo: se ayuna porque Cristo, el Esposo, todavía no está del todo presente en mí, en la sociedad en la que vivo. El Esposo está preparado, pero yo no: su amor no ocupa todo mi ser, su causa no se ha cogido verdaderamente por entero. ¿Ayuno para dejarle sitio en mi vida, para crear un vacío en mí, de suerte que él pueda acaparar toda mi existencia?

La referencia a la solidaridad: mi ayuno debe sensibilizarme con el que pasa hambre y sed, creando en mi el sentido de responsabilidad con los pobres y necesitados. ¿No has notado que hoy día, después del Concilio, la Iglesia ha redimensionado el ayuno exterior y ha movido a que los cristianos asuman «las angustias de los hombres de hoy, sobre todo de los pobres»? (Gaudium et spes 1). ¿Qué lugar ocupa en mi vida el ayuno cristiano? (Lectio Divina. Zevini – Cabra)


Fray Nelson Medina, O.P.
Viernes después de ceniza
El verdadero ayuno espiritual
El ayuno debe ser sincero y ha de empezar en el corazón para que no se encierre en nosotros sino que nos abra en profunda solidaridad con nuestros hermanos necesitados.
Para la reflexión personal

Acompañando a Jesús por la Vía Dolorosa, podremos revivir aquellos momentos centrales de la Redención del mundo y contemplar a Jesús condenado a muerte que carga con la Cruz (2ª estación) y emprende un camino que también nosotros debemos seguir. (San Josemaría Escrivá. Vía Crucis, III)

Oración

Señor, apiádate de mí, que me preocupo más de la mentalidad corriente que de tu crecimiento en mí, a tal punto que no me entusiasmo mucho por ayunar y huyo a sacrificarme para llenarme de tu intima presencia. Ten misericordia de mi, porque me preocupo más del aspecto exterior que del interior, estoy más atento para agradar a los hombres que para agradarte a ti. Te pido, en este cuaresma, aprender a ayunar de lo que me distrae inútilmente de ti y de todo aquello que me aleja de la contemplación de tu Palabra. Amén.

Hablar con Dios

Retiro Virtual 2020: La Montaña – Martes Santo

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