Reflexión lunes 27 de septiembre | San Vicente de Paúl, presbítero – Memoria

DOS USOS DE LA RAZÓN
Reflexión lunes 27 de septiembre

Reflexión lunes 27 de septiembre de 2021
San Vicente de Paúl, presbítero
Memoria

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mc 10, 45
R/. Aleluya, aleluya.

El Hijo del hombre vino a servir y a dar la vida por la salvación de todos. R/.

EVANGELIO

Lucas 9, 46-50
El más pequeño de entre todos ustedes, ése es el más grande.

Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 46-50

Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el más grande de ellos. Dándose cuenta Jesús de lo que estaban discutiendo, tomó a un niño, lo puso junto a sí y les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha enviado. En realidad el más pequeño entre todos ustedes, ése es el más grande».

Entonces, Juan le dijo: «Maestro, vimos a uno que estaba expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros». Pero Jesús respondió: «No se lo prohíban, pues el que no está contra ustedes, está en favor de ustedes».
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

[…] Hemos escuchado que el Señor alaba al Padre porque ha ocultado el gran misterio del Hijo, el misterio trinitario, el misterio cristológico, a los sabios y a los doctos —ellos no lo han conocido—, y se lo ha revelado a los pequeños, a los nèpioi, a los que no son doctos, a los que no tienen una amplia cultura. A ellos se les ha revelado este gran misterio.

[…] A los doctos les resulta imposible comprender que este hombre no docto, galileo, pueda ser realmente el Hijo de Dios. Para ellos es inaceptable que Dios, el grande, el único, el Dios del cielo y de la tierra, pueda estar presente en ese hombre. Lo saben todo, conocen también Isaías 53, todas las grandes profecías, pero el misterio sigue oculto. En cambio, es revelado a los pequeños, desde la Virgen María hasta los pescadores del lago de Galilea. Ellos lo conocen, como lo conoce el centurión romano al pie de la cruz: este es el Hijo de Dios.

[…] ¿Por qué es así? ¿Acaso el cristianismo es la religión de los necios, de las personas sin cultura, sin formación? ¿Se apaga la fe donde se despierta la razón? ¿Cómo se explica esto? Quizá debemos mirar una vez más la historia. Es verdad lo que Jesús ha dicho, lo que se puede observar en todos los siglos. Sin embargo, hay una «especie» de pequeños que también son doctos. Al pie de la cruz está la Virgen María, la humilde esclava de Dios y la gran mujer iluminada por Dios. Y también está Juan, pescador del lago de Galilea, pero es el Juan que la Iglesia con razón denominará «el teólogo», porque realmente supo ver el misterio de Dios y anunciarlo: con ojo de águila entró en la luz inaccesible del misterio divino. 

Dos usos de la razón

[…] ¿Qué significa esto? Que hay dos usos de la razón y dos modos de ser sabios o pequeños. Hay un modo de usar la razón que es autónomo, que se pone por encima de Dios, en toda la gama de las ciencias, comenzando por las naturales, donde se universaliza un método adecuado para la investigación de la materia: en este método Dios no entra y, por lo tanto, Dios no existe. 

[…] así, por último, sucede también en teología: se pesca en las aguas de la Sagrada Escritura con una red que permite coger sólo peces de una determinada medida y todo lo que excede esa medida no entra en la red y, por lo tanto, no puede existir. De este modo, el gran misterio de Jesús, del Hijo que se hizo hombre, se reduce a un Jesús histórico: una figura trágica, un fantasma sin carne y hueso, un hombre que se quedó en el sepulcro, se corrompió y es realmente un muerto.

El método sabe «captar» determinados peces, pero excluye el gran misterio, porque el hombre se pone a sí mismo como medida: tiene esta soberbia, que al mismo tiempo es una gran necedad, porque absolutiza algunos métodos no adecuados para las grandes realidades. […] no me afecta; sigo encerrado en mi existencia, que no se toca. Es la especialización que ve todos los detalles, pero ya no ve la totalidad.

Reconocer la grandeza de Dios

Y está el otro modo de usar la razón, de ser sabios: el del hombre que reconoce quién es; reconoce su medida y la grandeza de Dios, abriéndose con humildad a la novedad de la acción de Dios. Así, precisamente aceptando su propia pequeñez, haciéndose pequeño como es realmente, llega a la verdad. De este modo, también la razón puede expresar todas sus posibilidades, no se apaga, sino que se ensancha, se hace más grande. Se trata de otra sofìa y sìnesis, que no excluye del misterio, sino que es comunión con el Señor en el que descansan sabiduría y conocimiento íntimo, y su verdad.

En este momento pidamos al Señor que nos conceda la verdadera humildad; que nos dé la gracia de ser pequeños para poder ser realmente sabios; que nos ilumine; que nos haga ver su misterio de la alegría del Espíritu Santo; y que nos ayude a ser verdaderos teólogos, que pueden anunciar su misterio porque han sido tocados en la profundidad de su corazón, de su existencia. Amén. (Papa Emérito Benedicto XVI, Homilía. Martes 1 de diciembre de 2009)

Reflexión lunes 27 de septiembre de 2021

Fray Nelson Medina, O.P.  
Reflexión lunes 27 de septiembre de 2021
Cristo rompe el circulo de la injusticia.
La manera de romper el círculo perpetuo de la injusticia es empezar a darle importancia al excluido, al que no ha sido tomado en cuenta, al que parece menos interesante.
Para la reflexión personal

Así pues, si dejáis la oración para acudir con presteza en ayuda de algún pobre, recordad que aquel servicio lo prestáis al mismo Dios. La caridad, en efecto, es la máxima norma, a la que todo debe tender: ella es una ilustre señora, y hay que cumplir lo que ordena. Renovemos, pues, nuestro espíritu de servicio a los pobres, principalmente para con los abandonados y desamparados, ya que ellos nos han sido dados para que los sirvamos como a señores. (San Vicente de Paul. Carta 2.546)

Oración

Señor, tú que eliges a los pequeños y a los pobres, tú que les revelas a ellos los misterios de tu Reino, ayúdame a caminar por los caminos de la humildad y de la sencillez. Quiero imitarte, a tí Jesús «Manso y humilde de corazón». En este afán, mi hombre viejo, se resiste a que me rinda a tu amor, alimentando en mi el orgullo, la ingratitud, la autosuficiencia y que se yo cuantas cosas mas. Confío en que para tí nada es imposible y qu econ tu Espiritu, puedes renovarme, realizando en mi las maravillas de las que solo tú eres capaz de hacer. Crea en mi un corazón dócil, alejado de triunfalismos, colmado de gratitud por inmerecido amor que tu derramas en mi vida. Un corazón capaz de gozar con cada semilla de bien que has sembrado en el mundo. Amén.


Hoy celebramos la Memoria de:
San Vicente de Paúl
Presbítero, fundador de la Congregación de la Misión y de las Hijas de la Caridad. Nombrado Limosnero Real por Luis XIII, función en la cual luchó por mejorar las condiciones de los campesinos y aldeanos. Realizó una labor caritativa notable, por la cual recibe el título de apóstol de los pobres

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