Vigésimo Sexto Domingo Tiempo Ordinario | Reflexión Evangelio 26 de septiembre – Ciclo B

EL TESTIMONIO CRISTIANO
Vigésimo Sexto Domingo

Vigésimo Sexto Domingo
Reflexión Evangelio 26 de septiembre de 2021
Tiempo Ordinario – Ciclo B

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 17,17
R/. Aleluya, aleluya.

Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad. R/.

EVANGELIO

Marcos 9, 38-43. 45. 47-48
El que no está contra nosotros, está a nuestro favor. – Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús:
«Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos». Pero Jesús le respondió: «No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor.

Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar.

Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

Es necesario que la Iglesia esté presente en estos grupos humanos por medio de sus hijos, que viven entre ellos o que a ellos son enviados. Porque todos los fieles cristianos, dondequiera que vivan, están obligados a manifestar con el ejemplo de su vida y el testimonio de la palabra el nombre nuevo de que se revistieron por el bautismo, y la virtud del Espíritu Santo, por quien han sido fortalecidos con la confirmación, de tal forma que, todos los demás, al contemplar sus buenas obras, glorifiquen al Padre y perciban, cabalmente, el sentido auténtico de la vida y el vínculo universal de la unión de los hombres.

Dar testimonio de Cristo

Para que los mismos fieles puedan dar fructuosamente este testimonio de Cristo, reúnanse con aquellos hombres por el aprecio y la caridad, reconózcanse como miembros del grupo humano en que viven, y tomen parte en la vida cultural y social por las diversas relaciones y negocios de la vida humana; estén familiarizados con sus tradiciones nacionales y religiosas, descubran con gozo y respeto las semillas de la Palabra que en ellas laten.

Atiendan, al propio tiempo, a la profunda transformación que se realiza entre las gentes y trabajen para que los hombres de nuestro tiempo, demasiado entregados a la ciencia y a la tecnología del mundo moderno, no se alejen de las cosas divinas, más todavía, para que despierten a un deseo más vehemente de la verdad y de la caridad revelada por Dios.

Como el mismo Cristo escudriñó el corazón de los hombres y los ha conducido con un coloquio verdaderamente humano a la luz divina, así sus discípulos, inundados profundamente por el espíritu de Cristo, deben conocer a los hombres entre los que viven, y tratar con ellos, para advertir en diálogo sincero y paciente las riquezas que Dios generoso ha distribuido a las gentes; y, al mismo tiempo, esfuércense en examinar sus riquezas con la luz evangélica, liberarlas y reducirlas al dominio de Dios Salvador.

Una Iglesia Misionera

La presencia de los fieles cristianos en los grupos humanos ha de estar animada por la caridad con que Dios nos amó, que quiere que también nosotros nos amemos unos a otros. En efecto, la caridad cristiana se extiende a todos sin distinción de raza, condición social o religión; no espera lucro o agradecimiento alguno; pues como Dios nos amó con amor gratuito, así los fieles han de vivir preocupados por el hombre mismo, amándolo con el mismo sentimiento con que Dios lo buscó.

Pues como Cristo recorría las ciudades y las aldeas curando todos los males y enfermedades, en prueba de la llegada del Reino de Dios, así la Iglesia se une, por medio de sus hijos, a los hombres de cualquier condición, pero especialmente con los pobres y los afligidos, ya ellos se consagra gozosa. Participa en sus gozos y en sus dolores, conoce los anhelos y los enigmas de la vida, y sufre con ellos en las angustias de la muerte. A los que buscan la paz desea responderles en diálogo fraterno ofreciéndoles la paz y la luz que brotan del Evangelio.
(Decreto Ad Gentes. Concilio Vaticano II. Sobre La Actividad Misionera De La Iglesia No. 11-12)

Reflexión Vigésimo Sexto Domingo Tiempo Ordinario

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión Vigésimo Sexto Domingo Tiempo Ordinario
Ni tan duro con el prójimo ni tan blando contigo mismo.
Cristo quiere que tengamos delicadeza, comprensión, respeto con el prójimo y a la vez debemos ser fuertes y exigentes a la hora de corregirnos a nosotros mismos.
Para la reflexión personal

Examinemos hoy si la influencia cristiana que ejercemos a nuestro alrededor es la que espera el Señor. No olvidemos las consoladoras palabras de Jesús, que también leemos en el Evangelio de la Misa: Y cualquiera que os dé de beber un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa. ¿Qué nos tendrá preparado el Señor a nosotros si a lo largo de la vida hemos procurado que se acerquen a Él tantas almas?
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.

Oración

Señor, hoy nos exhortas a estar abiertos al bien y a la tolerancia para promover la cultura del «encuentro», la cultura del «nosotros», asi como la del dialogo que hoy tanto necesita nuestra sociedad. Concédenos que tu Santo Espíritu, nos permita alegrarnos de las buenas obras y del bien que se hace, aunque no haya sido iniciativa nuestra, sino, de personas de buena voluntad, que al igual que nosotros, anhelan un mundo mejor. Que tu gracia nos mueva a tender una mano amiga y solidaria a todo ser humano que lo necesita, para asi, podamos dar testimonio de que tu Reino está instalado en nuestras vidas. Ayúdanos a ser los colaboradores que tu necesitas, para contruir una Iglesia mas fraterna y empática, que haga sentir a las personas mas humanas, dignas y dichos, según tu corazón. Amén.


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