Reflexión Sábado 5 de junio | 9na. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar

CRECER EN LA CARIDAD
Reflexión Sábado 5 de junio

Reflexión Sábado 5 de junio de 2021
San Bonifacio, obispo y mártir – Memoria
9na. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Mt 5, 3)
R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/.

EVANGELIO

Marcos 12, 38-44
Esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso».

En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: «Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

La limosna educa a la generosidad del amor. San José Benito Cottolengo solía recomendar: “Nunca contéis las monedas que dais, porque yo digo siempre: si cuando damos limosna la mano izquierda no tiene que saber lo que hace la derecha, tampoco la derecha tiene que saberlo” (Detti e pensieri, Edilibri, n. 201). Al respecto es significativo el episodio evangélico de la viuda que, en su miseria, echa en el tesoro del templo “todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44). Su pequeña e insignificante moneda se convierte en un símbolo elocuente: esta viuda no da a Dios lo que le sobra, no da lo que posee, sino lo que es: toda su persona.

[…] ¿Acaso no se resume todo el Evangelio en el único mandamiento de la caridad? Por tanto, la práctica de la limosna se convierte en un medio para profundizar nuestra vocación cristiana. El cristiano, cuando gratuitamente se ofrece a sí mismo, da testimonio de que no es la riqueza material la que dicta las leyes de la existencia, sino el amor. Por tanto, lo que da valor a la limosna es el amor, que inspira formas distintas de don, según las posibilidades y las condiciones de cada uno.

La práctica de la limosna,

Queridos hermanos y hermanas, [estamos invitados] a “entrenarnos” espiritualmente, también mediante la práctica de la limosna, para crecer en la caridad y reconocer en los pobres a Cristo mismo. Los Hechos de los Apóstoles cuentan que el apóstol san Pedro dijo al tullido que le pidió una limosna en la entrada del templo: “No tengo plata ni oro; pero lo que tengo, te lo doy: en nombre de Jesucristo, el Nazareno, echa a andar” (Hch 3,6).

Con la limosna regalamos algo material, signo del don más grande que podemos ofrecer a los demás con el anuncio y el testimonio de Cristo, en cuyo nombre está la vida verdadera. Por tanto, este tiempo ha de caracterizarse por un esfuerzo personal y comunitario de adhesión a Cristo para ser testigos de su amor… (Papa Emérito Benedicto XVI. Extracto del Mensaje para la Cuaresma 2008.)

Reflexión Sábado 5 de junio de 2021

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión Sábado 5 de junio 2021
Acto de confianza y generosidad.
Renovemos nuestro pacto de amor con Dios confiando absolutamente en su providencia.
Para la reflexión personal

Aquella mujer nos ha enseñado a todos cómo conmover el corazón de Dios cada día con lo único que corrientemente tenemos a nuestro alcance: cosas pequeñas. «¿No has visto en qué “pequeñeces” está el amor humano? Pues también en “pequeñeces” está el Amor divino» San Josemaría Escrivá, Camino, n. 824. tomado de Hablar con Dios

Oración

Que tu Espíritu abra nuestros ojos, para que sepamos leer ya desde ahora las situaciones de la vida desde tu punto de vista y configure nuestros corazones a imagen del tuyo: unos corazones anchos, abiertos, compasivos y fecundos en bien para nuestros hermanos. De suerte que de la comunión de nuestras vidas, empapadas de misericordia, suba incesante la alabanza a ti, el Misericordioso que realiza grandes cosas para quienes se confían a él. Amén.

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