Reflexión Viernes 27 de agosto | Santa Mónica – Memoria

LA VIRTUD DE LA VIGILANCIA
Reflexión Viernes 27 de agosto

Reflexión Viernes 27 de agosto
Santa Mónica, Madre de San Agustín.
Memoria

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Lc 21, 36)
R/. Aleluya, aleluya.

Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. R/.

EVANGELIO

Mateo 25, 1-13
Ya viene el esposo, salgan a su encuentro.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
«El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

A medianoche se oyó un grito: ‘¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!’. Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: ‘Dennos un poco de su aceite. porque nuestras lámparas se están apagando’. Las previsoras les contestaron: ‘No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo’.

Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, Señor, ábrenos’. Pero él les respondió: ‘Yo les aseguro que no las conozco’. Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

La necedad y la prudencia no están ligadas, por tanto, a la falta de vigilancia, sino más bien al hecho de no tener las lámparas encendidas en el momento en el que, en medio de la noche, se oye el grito: «Ya está ahí el esposo, salid a su encuentro» (v. 6).

El aceite, símbolo de alegría y de fiesta, representa asimismo, según los rabinos, las obras justas que permiten participar en la alegría mesiánica. Cada uno debe estar preparado para no encontrar la puerta cerrada y oír la respuesta terrible: «Os aseguro que no os conozco» (v. 12)

El tema nupcial nos traslada al corazón del misterio cristiano: el Señor nos ama con un amor eterno y ha establecido con nosotros una alianza nupcial. Con la encamación vino a la tierra a elegir a la novia; ahora esperamos su retorno, cuando vuelva para introducir a la Iglesia-humanidad, su esposa, en el Reino de los Cielos. Su retorno es cierto. Sin embargo, el día y la hora de su llegada, siempre inminente, los desconocemos.

En la actitud de las diez vírgenes encontramos representados los dos modos de esperar al Señor, al Esposo, al que viene: puede ser una espera distraída, divertida, o bien una espera vigilante, preparada para salirle al encuentro aun cuando el sueño parezca tener las de ganar.

Dar prioridad a una de las dos actitudes depende de la calidad del amor que hay en nosotros y nos convierte en personas tenebrosas o en lámparas encendidas, dispuestas para poder alumbrar y hacer cómoda la carrera en cuanto un grito en la noche haga presagiar la venida del Señor.

La virtud de la vigilancia

La existencia humana se puede vivir, efectivamente, como un cortejo de bodas que sale al encuentro del Señor. Por eso es esencial la virtud de la vigilancia. Vigilar es pensar en aquel que va a venir, considerar su ausencia como un vacío imposible de colmar, consumirse porque tarda su llegada, no aceptar nunca que otro u otros ocupen hasta tal punto nuestro corazón que lo separen de su deseo de él.

Esta actitud interior de espera y de derretimiento ni se compra ni se vende; sin embargo, se puede volver contagiosa y comunicar a los otros el anhelo y el deseo. Por eso las vírgenes prudentes, por el hecho de negarse a compartir su aceite, no pueden ser consideradas unas egoístas antipáticas. En su corazón está la alegría del esposo al que hay que recibir de manera festiva, porque el hecho de esperarle es la realidad más importante de la vida, por la que es justo sacrificar cualquier otro interés. Ellas nos advierten: no asistir a esta cita de amor priva de sentido a toda la existencia. Sería trágico oír resonar la voz: «¡No os conozco!». (G. Zevini, Lectio Divina. Verbo Divino (2008), pp. 469-475.)

Reflexión Viernes 27 de agosto de 2021

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión Viernes 27 de agosto de 2021
La verdadera libertad
Lo que el mundo llama libertad en el fondo es el derecho a manipularnos; en la medida que le ponemos freno a las pasiones llegamos a ser verdaderamente libres, lo que Cristo ganó para ti y para mí.
Para la reflexión personal

«El Espíritu Santo nos enseña que no basta haber iniciado el camino que nos lleva a Cristo: es preciso mantenernos en él con un alerta continuo, porque la tendencia de todo hombre, de toda mujer, es la de suavizar la entrega que lleva consigo la vocación cristiana. Casi sin darnos cuenta, se introduce en el alma el deseo de hacer compatible el seguir de cerca a Cristo con un ambiente aburguesado.»
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria

Oración

Jesús, hijo de Dios, te damos gracias, por que vienes continuamente y de maneras diversas a nosotros en nuestra existencia terrena, con más o menos intensidad de reconocimiento por parte nuestra. Gracias por venir a nosotros en la oración, en la eucaristía, en mil circunstancias de la vida, en cada hermano necesitado de nuestra ayuda… Concédenos la gracia de mantener, en medio de nuestras actividades normales de cada día, la ilusión de experimentar tu presencia, tu llegada, con un corazón preparado y ansioso de recibirle. Concede a todos los padres que sepan ayudar a su hijos a vivir y a crecer en la vida de fe y en alcanzar la vida eterna, así como lo hizo Santa Mónica. Amén


Hoy celebramos la Memoria de:
Santa Mónica Madre de San Agustín.
Su determinación, su entereza de ánimo, su inteligencia, su amor materno y su fidelidad a la Iglesia resultaron decisivas en la conversión religiosa de su hijo. Su vida es un modelo para muchas madres y es patrona de las mujeres casadas y de las madres cristianas, así como de las víctimas de abusos, los alcohólicos o los matrimonios con problemas.

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