Reflexión Viernes 3 de diciembre | San Francisco Javier, Presbítero – Memoria.

LA FE: LUZ EN EL SENDERO
Reflexión Viernes 3 de diciembre

Reflexión Viernes 3 de diciembre de 2021
San Francisco Javier, Presbítero – Memoria.
Primer Viernes de Adviento

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.

Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar los ojos de sus hijos. R/.

EVANGELIO

Mateo 9, 27-31
Quedaron curados dos ciegos que creyeron en Jesús.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: «¡Hijo de David, compadécete de nosotros!». Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: «¿Creen que puedo hacerla?». Ellos le contestaron: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos, diciendo: «Que se haga en ustedes conforme a su fe». Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: «Que nadie lo sepa». Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región. 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

La luz de la fe: la tradición de la Iglesia ha indicado con esta  expresión el gran don traído por Jesucristo, que en el Evangelio de san Juan se presenta con estas palabras: « Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas » (Jn 12,46). También san Pablo se expresa en los mismos términos: « Pues el Dios que dijo: “Brille la luz del seno de las tinieblas”, ha brillado en nuestros corazones » (2 Co 4,6). […] Quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino, porque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella de la mañana que no conoce ocaso

[…] Y es que la característica propia de la luz de la fe es la capacidad de iluminar toda la existencia del hombre. Porque una luz tan potente no puede provenir de nosotros mismos; ha de venir de una fuente más primordial, tiene que venir, en definitiva, de Dios. La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida. Transformados por este amor, recibimos ojos nuevos, experimentamos que en él hay una gran promesa de plenitud y se nos abre la mirada al futuro.

La Fe: luz en el sendero

La fe, que recibimos de Dios como don sobrenatural, se presenta como luz en el sendero, que orienta nuestro camino en el tiempo. Por una parte, procede del pasado; es la luz de una memoria fundante, la memoria de la vida de Jesús, donde su amor se ha manifestado totalmente fiable, capaz de vencer a la muerte. Pero, al mismo tiempo, como Jesús ha resucitado y nos atrae más allá de la muerte, la fe es luz que viene del futuro, que nos desvela vastos horizontes, y nos lleva más allá de nuestro « yo » aislado, hacia la más amplia comunión.

Nos damos cuenta, por tanto, de que la fe no habita en la oscuridad, sino que es luz en nuestras tinieblas. Dante, en la Divina Comedia, después de haber confesado su fe ante san Pedro, la describe como una « chispa, / que se convierte en una llama cada vez más ardiente / y centellea en mí, cual estrella en el cielo ». Deseo hablar precisamente de esta luz de la fe para que crezca e ilumine el presente, y llegue a convertirse en estrella que muestre el horizonte de nuestro camino en un tiempo en el que el hombre tiene especialmente necesidad de luz.

Ilumina nuestro camino hacia el futuro

[…] En la fe, don de Dios, virtud sobrenatural infusa por él, reconocemos que se nos ha dado un gran Amor, que se nos ha dirigido una Palabra buena, y que, si acogemos esta Palabra, que es Jesucristo, Palabra encarnada, el Espíritu Santo nos transforma, ilumina nuestro camino hacia el futuro, y da alas a nuestra esperanza para recorrerlo con alegría.

Fe, esperanza y caridad, en admirable urdimbre, constituyen el dinamismo de la existencia cristiana hacia la comunión plena con Dios. ¿Cuál es la ruta que la fe nos descubre? ¿De dónde procede su luz poderosa que permite iluminar el camino de una vida lograda y fecunda, llena de fruto? (Extracto de la Carta Encíclica Lumen Fidei Del Sumo Pontífice Francisco. Nos. 1-4-7)

Reflexión Viernes 3 de diciembre de 2021

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión Viernes 3 de diciembre de 2021
¿Cuál es nuestro servicio? ¿Cerca o lejos?
Dios necesita misioneros en su propio país para amar a quienes están cerca y otros que vayan a tierras lejanas como Jesús quien vino del cielo a traernos vida eterna.
Para la reflexión personal

La fe es el tesoro más grande que tenemos y, por eso, hemos de poner todos los medios para conservarla y acrecentarla. Pongamos los medios para una adecuada formación, tanto más sólida cuanto más difíciles sean los ambientes y situaciones en los que se desarrolla nuestra vida. En un época de confusión doctrinal hay que velar con especial cuidado para no ceder en el contenido de nuestra fe, ni aun en lo más pequeño.
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.

Oración

Es necesario que nos sentemos a la mesa con el Señor, convertirnos en sus comensales, para que su presencia humilde en el sacramento de su Cuerpo y de su Sangre nos restituya la mirada de la fe, para mirar todo y a todos con los ojos de Dios, y la luz de su amor. Señor, dame la gracia de mirar la vida con los ojos de la fe, para ver todo como venido de tu mano amorosa, tanto lo fácil como lo difícil. Dame una fe que transforme toda mi vida, sé que me amas y que mi misión es transmitir mi fe a los demás. Amén.


Hoy celebramos a:
San Francisco Javier
Presbítero jesuita y patrono de las misiones. Fue un importante misionero jesuita, miembro del grupo inicial de la Compañía de Jesús y estrecho colaborador de su fundador, Ignacio de Loyola. Destacó por sus misiones que se desarrollaron en el oriente asiático y en el Japón, recibiendo el sobrenombre de Apóstol de las Indias.

Evangelio de ayer
CONSTRUIR SOBRE CRISTO Y CON CRISTO

Por si no lo has visto
Una Hora de Alabanzas para el MEC – Juan Soriano – testimonio

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