Viernes Tercera Semana de Pascua | Reflexión al Evangelio – Ciclo A, B y C

LLEGAR A SER UNO CON CRISTO
Viernes Tercera Semana de Pascua

Viernes Tercera Semana de Pascua
Reflexión al Evangelio 23 de abril de 2021
Ciclo A, B y C


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Jn 6, 56)
R/. Aleluya, aleluya.

El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Juan 6, 52-59.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.

Lectura del santo Evangelio según san Juan

En aquel tiempo, los judíos se pusieron a discutir entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.

Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.

Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo Jesús enseñando en la sinagoga de Cafarnaúm. 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

El camino que conduce a la vida interior y a los coros de los espíritus bienaventurados cantando el eterno Sanctus, es Cristo. Su sangre es la cortina del Templo a través de la cual penetramos en el Santo de los Santos de la vida divina (Heb 9,11; 10,20). Por el bautismo y el sacramento de la penitencia nos purifica del pecado, abre nuestros ojos a la luz eterna, abre nuestros oídos para percibir la Palabra divina, abre nuestros labios para entonar el canto de alabanza, para orar la plegaria de reconciliación, de petición, de acción de gracias; y todas estas plegarias no son otra cosa que formas diversas de la única y misma adoración…

Mas, por encima de todo, la persona de Cristo es el sacramento que hace de todos nosotros los miembros de su cuerpo. Participando en el sacrificio y a la comida sagrada, siendo alimentados con el cuerpo y la sangre de Jesús, nosotros mismos llegamos a ser su cuerpo y su sangre. Y es solamente cuando llegamos a ser miembros de su cuerpo, y en la medida en que lo somos de verdad, que su Espíritu puede vivificarnos y reinar en nosotros…

Miembros del Cuerpo de Cristo

Llegamos a ser miembros del cuerpo de Cristo «no solamente por el amor…, sino también, y muy realmente, siendo uno con su carne: y esto se realiza a través de la comida que él nos ha ofrecido para demostrarnos el deseo que él tiene de nosotros. Por eso él mismo se ha abajado hasta llegar a nosotros y es él quien modela en nosotros su propio cuerpo, para que seamos uno, al igual que el cuerpo está unido a la cabeza» (S. Juan Crisóstomo).

En tanto que miembros de su cuerpo, animados por su mismo Espíritu, nos ofrecemos nosotros mismos en sacrificio «por él, con él y en él» y unimos nuestras voces a la acción de gracias eterna. (Santa Teresa Benedicta de la Cruz [Edith Stein]

Reflexión Evangelio Viernes Tercera Semana de Pascua

Fray Nelson Medina, O.P.
Viernes Tercera Semana de Pascua
Cristo es el pan vivo que alimenta todo nuestro ser.
Aquel que tiene poder de alimentar todo nuestro ser, que tiene vida, que no muere y que se hace carne de nuestra carne es la garantía de nuestra resurrección en el último día.
Para la reflexión personal

Después de la comunión -en esos breves pero intensos momentos de silencio y oración personal- le podemos pedir al Señor, a quien hemos recibido como alimento, que en verdad nos dé su vida, su salud, su fortaleza, y que nos la dé para toda la jornada. Porque la necesitamos para vivir como seguidores suyos día tras día. 

Oración

Te damos gracias, Padre, por el don de tu Hijo Jesús, realmente permanece con nosotros en la Eucaristía. Jesús, te reconocemos como nuestro pan espiritual, indispensable y necesario de cada día. Que este pan sea el alimento que nos habilite para vivir y morir, como Tú. Rogamos a ti para que nos sustentes en el camino hacia ti, con el verdadero pan y bebida de vida. Concédenos que en cada eucaristía, te encarnes en nosotros y que sea un encuentro profundo, que nos capacite, para hacer los unos por los otros lo que Tú has hecho por nosotros. Que cada eucaristía siga siendo la fuente de nuestra vitalidad y de testimonio de tu presencia en cada comunidad. Amén.


Lectura Espiritual Hablar con Dios
Recuerda seguir nuestro curso de Apologética I: Comer Su Carne Y Beber Su Sangre: Tema #11

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