Vigésimo Quinto Domingo Tiempo Ordinario | Reflexión Evangelio 19 de septiembre – Ciclo B

EL REALMENTE GRANDE SE HACE PEQUEÑO.
Vigésimo Quinto Domingo

Vigésimo Quinto Domingo
Reflexión Evangelio 19 de septiembre de 2021
Tiempo Ordinario – Ciclo B

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. 2 Tes 2,14)
R/. Aleluya, aleluya.

Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R/.

EVANGELIO

Marcos 9, 30-37
El Hijo del hombre va a ser entregado. -Si alguno quiere ser el primero, que sea el servidor de todos.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaban Galilea, pero él no quería que nadie lo supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le darán muerte, y tres días después de muerto, resucitará». Pero ellos no entendían aquellas palabras y tenían miedo de pedir explicaciones.

Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutían por el camino?». Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».

Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe. Y el que me reciba a mí, no me recibe a mí, sino a aquel que me ha enviado». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

Jesús empieza a hablar abiertamente de lo que le sucederá al final. El evangelista refiere tres predicciones sucesivas de la muerte y resurrección, en los capítulos 8, 9 y 10: en ellas Jesús anuncia de manera cada vez más clara el destino que le espera y su intrínseca necesidad. El pasaje de este domingo contiene el segundo de estos anuncios. […] En efecto, leyendo esta parte del relato de Marcos se evidencia que entre Jesús y los discípulos existía una profunda distancia interior; se encuentran, por así decirlo, en dos longitudes de onda distintas, de forma que los discursos del Maestro no se comprenden o sólo es así superficialmente. 

¿Qué nos dice todo esto? Nos recuerda que la lógica de Dios es siempre «otra» respecto a la nuestra, como reveló Dios mismo por boca del profeta Isaías: «Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos» (Is 55, 8). Por esto seguir al Señor requiere siempre al hombre una profunda conversión —de todos nosotros—, un cambio en el modo de pensar y de vivir; requiere abrir el corazón a la escucha para dejarse iluminar y transformar interiormente.

El realmente grande se hace pequeño.

Un punto clave en el que Dios y el hombre se diferencian es el orgullo: en Dios no hay orgullo porque Él es toda la plenitud y tiende todo a amar y donar vida; en nosotros los hombres, en cambio, el orgullo está enraizado en lo íntimo y requiere constante vigilancia y purificación. Nosotros, que somos pequeños, aspiramos a parecer grandes, a ser los primeros; mientras que Dios, que es realmente grande, no teme abajarse y hacerse el último. Y la Virgen María está perfectamente «sintonizada» con Dios. Invoquémosla con confianza para que nos enseñe a seguir fielmente a Jesús en el camino del amor y de la humildad.

El Evangelio de hoy nos habla de una actitud central del cristiano, que debe aprender constantemente de Cristo: no ambicionar el poder y la importancia humana, sino ponerse al servicio de los demás. El poder de Dios se manifiesta precisamente en la humildad, en dejarle a Él como único Omnipotente. Que la humilde Virgen María, que mañana celebramos con el título La Merced, se apiade de nosotros y nos ayude en el camino hacia Cristo, verdadero portador de la paz y la alegría en el corazón de los hombres. Feliz domingo. (Papa Emérito Benedicto XVI, Ángleus. Domingo 23 de septiembre de 2012)

Reflexión Vigésimo Quinto Domingo

Fray Nelson Medina, O.P.  
Reflexión Vigésimo Quinto Domingo. Ciclo B
Ser primeros en amor, compasión, apoyo, servicio.
La mentalidad de que “debo ser el primero como sea” destruye el amor a Dios porque se le quita el primer lugar y destruye el amor al prójimo porque se le mira como rival y enemigo.
Para la reflexión personal

«Hoy, cuando el ambiente está lleno de desobediencia, de murmuración, de trapisonda, de enredo, hemos de amar más que nunca la obediencia, la sinceridad, la lealtad, la sencillez: y todo, con sentido sobrenatural, que nos hará más humanos» San Josemaría Escrivá, o. c., n. 530.
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.

Oración

Jesús, qué testimonio de paciencia y comprensión ante la debilidad. En vez de valorar el plan de salvación que me propones, me distraigo en lo pasajero, en la tentación del poder, del tener o del aparecer, cuando mi único afán debe ser entregarme con la confianza y docilidad de un niño a mi misión, como discípulo y misionero de tu amor. Te ofrezco éste y todos mis días. Tómame Señor, como tu servidor. Cuenta conmigo. Padre nuestro, tú te inclinas a nosotros con ternura, tus preferidos son los niños, los débiles y humildes. Ayúdanos a aceptar tu Buena Nueva del reino con la actitud receptiva de los niños. Y danos también ojos de admiración para ver el misterio de tu grandeza y amor. Amén.


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