Reflexión lunes 13 de septiembre | San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia – Memoria

Reflexión lunes 13 de septiembre

Reflexión lunes 13 de septiembre de 2021
San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia
Memoria

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Aleluya, aleluya.

Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. R/.

EVANGELIO

Lucas 7, 1-10
Ni en Israel he hallado una fe tan grande.

Del santo Evangelio según san Lucas: 7, 1-10

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm. Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado muy querido. Cuando le dijeron que Jesús estaba en la ciudad, le envió a algunos de los ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su criado. Ellos, al acercarse a Jesús, le rogaban encarecidamente, diciendo: «Merece que le concedas ese favor, pues quiere a nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga». Jesús se puso en marcha con ellos.

Cuando ya estaba cerca de la casa, el oficial romano envió unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aunque soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le digo a uno: ‘¡Ve!’, y va; a otro: ‘¡Ven!’, y viene; a mi criado: ‘¡Haz esto!’, y lo hace».

Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración, y volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: «Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande». Los enviados regresaron a la casa y encontraron al criado perfectamente sano.
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

Un buen cristiano participa activamente en la vida política y reza para que los políticos amen a su pueblo y le sirvan con humildad. Es la reflexión que propuso el Papa Francisco en la Eucaristía del lunes, 16 de septiembre de 2013.

El Pontífice subrayó «dos actitudes del gobernante». Él debe ante todo «amar a su pueblo. Los ancianos judíos dicen a Jesús: merece lo que pide porque ama a nuestro pueblo. Un gobernante que no ama no puede gobernar. Como mucho puede poner un poco de orden, pero no gobernar». Y para explicar el significado del amor que el gobernante debe a su pueblo, el Santo Padre recordó el ejemplo de David que desobedece a las reglas del censo sancionadas por la ley mosaica para subrayar la pertenencia de la vida de cada hombre al Señor (cf. Éxodo 30, 11-12). Pero David, una vez comprendido su pecado, hizo lo posible para evitar el castigo a su pueblo. Y ello porque, si bien era pecador, amaba a su pueblo.

Para el Papa Francisco el gobernante debe ser también humilde como el centurión del Evangelio, que habría podido aprovecharse de su poder si hubiera pedido a Jesús que fuera adonde él, pero «era un hombre humilde y dijo al Señor: no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo. Y con humildad: di una palabra y mi siervo quedará sano. Estas son las dos virtudes de un gobernante, así como nos hace pensar la palabra de Dios: amor al pueblo y humildad».

¿Entonces qué hay que hacer?

Pero también los gobernantes deben tomar sus opciones para llevarlas a cabo. ¿Entonces qué hay que hacer? Tras observar que nosotros «como pueblo tenemos muchos gobernantes», el Papa recordó una frase de san Pablo tomada de la primera carta a Timoteo (2, 1-8): «Ruego, pues, lo primero de todo, que se hagan súplicas, oraciones, peticiones, acciones de gracias, por toda la humanidad, por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos llevar una vida tranquila y sosegada, con toda piedad y respeto».

Así que «cada hombre y cada mujer que asume responsabilidades de gobierno debe hacerse estas dos preguntas: ¿yo amo a mi pueblo para servirle mejor? ¿Y soy humilde para oír las opiniones de los demás a fin de elegir el mejor camino?». Si ellos —subrayó el Pontífice— «no se hacen estas preguntas, su gobierno no será bueno».

Esto significa —puntualizó el Papa Francisco— que «ninguno de nosotros puede decir: pero yo no tengo que ver, son ellos quienes gobiernan. No; yo soy responsable de su gobierno y debo hacer lo mejor de mi parte para que ellos gobiernen bien, participando en la política como puedo. La política, dice la doctrina social de la Iglesia, es una de las formas más altas de la caridad, porque es servir al bien común. Y yo no puedo lavarme las manos: cada uno de nosotros debe hacer algo. Pero ya tenemos la costumbre de pensar que de los gobernantes se debe sólo parlotear, hablar mal de ellos y de las cosas que no van bien».

Roguemos por los gobernantes

¿Qué es entonces «lo mejor que podemos ofrecer» a los gobernantes? «Es la oración», respondió el Pontífice, explicando: «Es lo que san Pablo dice: orad por los reyes y por todos los constituidos en autoridad». Pero «se dirá: ese es una mala persona, debe ir al infierno. No; reza por él, reza por ella, para que pueda gobernar bien, para que ame a su pueblo, para que sea humilde. Un cristiano que no reza por los gobernantes no es un buen cristiano. Hay que orar. Y esto —precisó— no lo digo yo. Lo dice san Pablo. Que los gobernantes sean humildes y amen a su pueblo. Ésta es la condición. Nosotros, los gobernados, damos lo mejor. Sobre todo la oración».

«Roguemos por los gobernantes —concluyó el Papa Francisco—, para que nos gobiernen bien. Para que lleven a nuestra patria, a nuestra nación, adelante, y también al mundo; y que exista la paz y el bien común. Que esta Palabra de Dios nos ayude a participar mejor en la vida común de un pueblo: los que gobiernan, con el servicio de la humildad y con el amor; los gobernados, con la participación y sobre todo con la oración». (S.S. Papa Francisco. Homilía en la Capilla de santa Marta. Lunes 16 de septiembre de 2013)

Reflexión lunes 13 de septiembre de 2021

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión lunes 13 de septiembre de 2021
Rasgos de la fe.
Rasgos de la fe: humildad al reconocer quien es Dios y quien soy yo, confianza al dejarle las manos libres al Señor para que obre e implica obediencia al obrar el querer de Dios.
Para la reflexión Personal

La fe verdadera nos une a Jesucristo Redentor y a su potestad sobre todas las criaturas, y nos da una seguridad y una firmeza que están por encima de toda circunstancia humana, de cualquier acontecimiento que pueda sobrevenir. Pero para tener esa fe necesitamos la humildad de este Centurión: sabernos nada ante Jesús; no desconfiar jamás de su auxilio, aunque alguna vez tarde algo en llegar o venga de distinto modo a como nosotros esperábamos. Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.

Oración

Señor, en cada Eucaristía, hacemos nuestras las palabras del centurión: «Señor, no soy digno/a de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme». Concédenos Señor, una sincera humildad, que nos acerque mas a ti, que haga más grande y firme nuestra fe, que provoque Tú admiración ante nuestra forma de actuar, y que nos disponga a hacer en todo tu Voluntad santísima. Te rogamos por nuestros gobernantes, para que lleven a nuestra patria, a nuestra nación, adelante, y también al mundo; y que exista la paz y el bien común. Amén.


Hoy celebramos la Memoria de:
San Juan Crisóstomo
Arzobispo y teólogo bizantino, segundo Patriarca de Constantinopla. Conocido por su elocuencia, sus dotes retóricas en la homilética. Venerado como santo por las iglesias católica y ortodoxa, y considerado doctor de la Iglesia

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