Reflexión Viernes 30 de julio | 17a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar

¿RECONOCEMOS Y ACOGEMOS A JESÚS?
Reflexión Viernes 30 de julio

Reflexión Viernes 30 de julio de 2021
san Pedro Crisólogo, obispo y doctor de la Iglesia
17a. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. 1 Pedro 1, 25)
R/. Aleluya, aleluya.

La palabra de Dios permanece para siempre. Y ésa es la palabra que se les ha anunciado. R/.

EVANGELIO

Mateo 13, 54-58
¿No es este el hijo del carpintero? ¿De dónde, pues, ha sacado esa sabiduría y esos poderes milagrosos?

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: «¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Qué no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?». Y se negaban a creer en él.

Entonces, Jesús les dijo: «Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa». Y no hizo muchos milagros allí por la incredulidad de ellos. 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

El Señor se hace continuamente presente en nuestra vida a través de las realidades más usuales y ordinarias. Su gloria puede esconderse tanto en las hojas de otoño que caen silenciosas como en la brisa que acaricia nuestro rostro o en el viento impetuoso que silba entre las casas… Todo es signo de su amor infinito. Nos corresponde a nosotros reconocerlo. Por lo general, estamos demasiado ciegos para darnos cuenta de su presencia.

Esperamos las visitas de Dios como algo grandioso, fulgurante, y nos quedamos decepcionados si nuestros días discurren monótonos, sin las emociones religiosas que podríamos esperar. Jesús no fue reconocido por los suyos. Él está también ahora en medio de nosotros, se hace presente en nuestros hermanos y nos habla, pero nosotros tal vez lo esperamos en otro lugar. ¿Cómo admitir que su Palabra nos resuena hoy a través de los labios de aquella persona que tal vez nos aburre y que -sobre todo- nos somos capaces de amar y de estimar? 

Jesús, que vino al mundo y volvió al Padre, sigue con nosotros, huésped silencioso de nuestros tabernáculos, hecho «cosa» por amor, aun sabiendo que nosotros lo habríamos de rechazar. Hoy son nuestra incredulidad y nuestra indiferencia las que lo eliminan de nuestra vida. A veces, antes que su discreta y amable compañía, preferimos tumultuosas aventuras que nos hacen malgastar el tiempo y las energías en algo que no vale.

¿Seremos capaces de reconocerle y acogerle?

Jesús esta. Esta en medio de nosotros, que somos los «suyos». ¿Seremos capaces de reconocerle y acogerle? ¿Seremos también capaces de aceptar que nos envíe a nosotros sus «profetas» para que vuelvan a llamarnos a la verdad, a una vida auténticamente humana y cristiana? «Vino a los suyos y los suyos no le recibieron», se dice dramáticamente en el prologo del evangelio según Juan.

El sentido de la vida depende siempre de esta elección: recibir a Jesús o rechazarle en las modalidades en que el quiere dejarse encontrar. Por desgracia, caemos fácilmente en el error de ver como más propio de nuestra dignidad no reconocerle de hecho presente en los hermanos, en los superiores, en la Iglesia, antes que desenmascarar nuestra soberbia y plegamos al amor humilde que cree en su presencia en todo y en todos.

El orgullo y la necedad nos hacen cambiar la verdad por el placer de un momento, para no «hacer un papelón». Y así es como alejamos de nuevo a Jesús. Con todo, el siempre esta dispuesto a entregamos, con el perdón, la posibilidad y la alegría de conocerle y de seguirle. (G. Zevini, Lectio Divina. Verbo Divino (2008), pp. 237-243.)

Reflexión Viernes 30 de julio de 2021

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión Viernes 30 de julio de 2021
Relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Aunque las prescripciones del Antiguo Testamento ya no se cumplan literalmente encontramos enseñanzas muy valiosas para nuestra vida.
Para la reflexión personal

Muchas personas están a nuestro alrededor esperando el testimonio claro de un sentir cristiano. Es necesario y urgente obtener de Dios, si nos faltara, la audacia propia de los hijos de Dios para vencer los temores. No podemos permitir que al Señor se le expulse o se le ponga entre paréntesis en la vida social, que hombres sectarios pretendan relegarlo al ámbito de la conciencia individual amparados en la inoperancia de gente buena acobardada.
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.

Oración

Te pedimos, oh Señor, que nos des unos ojos para ver tu presencia y tu acción salvífica dirigida a cada uno de nosotros en las realidades mas comunes y ordinarias de la vida. Ayúdanos a descubrirte en «el hijo del carpintero», en aquel a quien la vida nos ha acostumbrado y ya no nos llama la atención. Con tu ayuda, con el «colirio» que puedes aplicar a nuestros ojos «recuperaremos la vista» y podremos descubrirte hasta en las más pequeñas y acostumbradas cosas de la vida. Danos un corazón sencillo y humilde que consiga captar tu paso en la brisa ligera, en el rostro de un pobre y de un niño, igual que en el cielo silencioso de una noche plena de estrellas y de tu presencia inconfundible y llena de paz. Amén.


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