Segundo Lunes de Adviento | San Nicolás De Bari, Obispo De Mira – Memoria

¿QUÉ ES LO QUE NOS PARALIZA?
Segundo Lunes de Adviento

Segundo Lunes de Adviento
San Nicolás De Bari, Obispo De Mira – Memoria
Reflexión Evangelio 6 de diciembre de 2021
Ciclo A, B y C.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.

Ya viene el rey, el Señor de la tierra; él nos librará de nuestra esclavitud. R/.

EVANGELIO

Lucas 5, 17-26
Hoy hemos visto maravillas.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

Un día Jesús estaba enseñando y estaban también sentados ahí algunos fariseos y doctores de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, de Judea y de Jerusalén. El poder del Señor estaba con él para que hiciera curaciones.

Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de entrar, para colocarlo delante de él; pero como no encontraban por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús. Cuando él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: «Amigo mío, se te perdonan tus pecados».

Entonces los escribas y fariseos comenzaron a pensar: «¿Quién es este individuo que así blasfema? ¿Quién, sino sólo Dios, puede perdonar los pecados?». Jesús, conociendo sus pensamientos, les replicó: «¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Se te perdonan tus pecados’ o ‘Levántate y anda’?

Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados -dijo entonces al paralítico-: Yo te lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa». El paralítico se levantó inmediatamente, en presencia de todos, tomó la camilla donde había estado tendido y se fue a su casa glorificando a Dios. Todos quedaron atónitos y daban gloria a Dios, y llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto maravillas». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

[…] el relato de varias curaciones realizadas por Cristo […] muestra que quiere sanar, ante todo, el espíritu. El paralítico es imagen de todo ser humano al que el pecado impide moverse libremente, caminar por la senda del bien, dar lo mejor de sí.

En efecto, el mal, anidando en el alma, ata al hombre con los lazos de la mentira, la ira, la envidia y los demás pecados, y poco a poco lo paraliza. […] El mensaje es claro:  el hombre, paralizado por el pecado, necesita la misericordia de Dios, que Cristo vino a darle, para que, sanado en el corazón, toda su existencia pueda renovarse.

¿Qué es lo que nos paraliza?

También hoy la humanidad lleva en sí los signos del pecado, que le impide progresar con agilidad en los valores de fraternidad, justicia y paz, a pesar de sus propósitos hechos en solemnes declaraciones. ¿Por qué? ¿Qué es lo que entorpece su camino? ¿Qué es lo que paraliza este desarrollo integral?

Sabemos bien que, en el plano histórico, las causas son múltiples y el problema es complejo. Pero la palabra de Dios nos invita a tener una mirada de fe y a confiar, como las personas que llevaron al paralítico, a quien sólo Jesús puede curar verdaderamente.

La opción de fondo de mis predecesores, especialmente del amado Juan Pablo II, fue guiar a los hombres de nuestro tiempo hacia Cristo Redentor para que, por intercesión de María Inmaculada, volviera a sanarlos. También yo he escogido proseguir por este camino.

El amor de Dios mueve al mundo

De modo particular, con mi primera encíclica, Deus caritas esthe querido indicar a los creyentes y al mundo entero a Dios como fuente de auténtico amor. Sólo el amor de Dios puede renovar el corazón del hombre, y la humanidad paralizada sólo puede levantarse y caminar si sana en el corazón. El amor de Dios es la verdadera fuerza que renueva al mundo.

Invoquemos juntos la intercesión de la Virgen María para que todos los hombres se abran al amor misericordioso de Dios, y así la familia humana pueda sanar en profundidad de los males que la afligen. (Papa Emérito Benedicto XVI. Ángelus. Domingo 19 de febrero de 2006)

Reflexión Segundo Lunes de Adviento

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión Segundo Lunes de Adviento
 La parte tuya y la parte de Dios.
La parte de nosotros es ponernos en camino, la parte de Dios es también el camino, Cristo que es Dios viniendo a nosotros. ¡Haz tu parte y recibe el abrazo de Dios!
Para la reflexión personal

Podemos preguntarnos hoy en nuestra meditación personal si hacemos así con nuestros amigos, parientes y conocidos: ¿nos hemos detenido en las primeras dificultades, cuando habíamos decidido ayudarles para que se acercaran a la Confesión? Allí les estaba esperando el Señor.
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.

Oración

Señor, gracias por mostrarme en esta oración el tipo de fe que puede transformar mi vida. Una fe humilde que reconozca mi fragilidad y te busque. Concédeme una fe fuerte que me mantenga siempre unido a Ti. Una fe operante que me lleve a buscar los medios para purificar mis actitudes, como sería una buena confesión. Qué gran fe tenían esos hombres del Evangelio que supieron encontrar los medios para tener un encuentro contigo. ¡Dame una fe así de grande! Ilumina, guía mi oración para que sea el medio para creer, esperar y crecer en el amor. Amén.


Hoy celebramos a:
San Nicolás De Bari
Nace en el siglo III después de Cristo, y en el seno de una familia acomodada que lo educó en el cristianismo. Fue elegido obispo de Myra y bajo el reinado del emperador Diocleciano fue exiliado y encarcelado. En los Paises Bajos y en general en los territorios germánicos, la fiesta invernal de San Nicolás (en holandés “Sint Nikolaas” y después “Sinteklaas”), que tiene en particular bajo su protección a los más jóvenes, ha dado origen a la tradición infantil de la espera de los regalos: la vigilia de la fiesta del santo, los niños dejan zapatos o calcetines sobre una silla o junto a la chimenea, y se van a dormir confiados en que a la mañana siguiente, los encontrarán llenos de dulces y regalos.

Evangelio II Domingo de Adviento
UNA FUERZA QUE DESCIENDE DE LO ALTO

Por si no lo has visto
Una Hora de Alabanzas para el MEC – Juan Soriano – testimonio

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