Reflexión Martes 6 de julio | 14a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar

PRESENCIA INVISIBLE DE CRISTO
Reflexión Martes 6 de julio

Reflexión Martes 6 de julio de 2021
Santa María Goretti, virgen y mártir
14a. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Jn 10, 14)
R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el buen pastor dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. R/.

EVANGELIO

Mateo 9, 32-38
La cosecha es mucha y los trabajadores pocos.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud, maravillada, decía: «Nunca se había visto nada semejante en Israel». Pero los fariseos decían: «Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe de los demonios».

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

«Viendo a la muchedumbre, sintió compasión, porque erraban como ovejas sin pastor» Mirad a vuestro alrededor, hermanos: ¿por qué hay tantos cambios y luchas, tantos partidos y sectas, tantos credos? Porque los hombres están insatisfechos e inquietos. ¿Y por qué están inquietos, cada uno con su salmo, su doctrina, su lengua, su revelación, su interpretación?

Están inquietos porque no han encontrado…; todo esto todavía no les ha llevado a la presencia de Cristo que es «la plenitud de la alegría y la felicidad eterna» (Sal. 15,11). Si hubieran sido alimentados por el pan de la vida (Jn 6,35) y probado el panal de miel, sus ojos se habrían vuelto claros, como los de Jonatan (1Sm 14,27) y habrían reconocido al Salvador de los hombres. Pero no habiendo percibido estas cosas invisibles, todavía deben buscar, y están a merced de rumores lejanos…

Triste espectáculo: el pueblo de Cristo errante sobre las colinas «como ovejas sin pastor». En lugar de buscarlo en los lugares que siempre frecuentó y en la morada que estableció, se atarean en proyectos humanos, siguen a guías extranjeros y se dejan cautivar por opiniones nuevas, se convierten en el juguete del azar o del humor del momento y víctimas de su propia voluntad.

Están llenos de ansiedad, de perplejidad, de celos y de alarma, «hechos bambolear y llevados por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres y su propia astucia que se equivoca en el error» (Ef 4,14). Todo esto porque no buscan el «Cuerpo único, el Espíritu único, la única esperanza de su llamada, el único Señor, la fe única, el bautismo único, el Dios único y Padre de todos» (Ef 4,5-6) para «encontrar el descanso de sus almas» (Mt 11,29). (Beato John Henry Newman. Sermón n. 21)

Reflexión Martes 6 de julio de 2021
Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión Martes 6 de julio de 2021
Pelear por la bendición.
¿Cuáles son las excusas que nos damos para no dar el paso y luchar por esa bendición que Dios tiene para nosotros?
Para la reflexión personal

Todos los días hay combates en nuestro corazón, enseña San Agustín. Cada hombre en su alma lucha contra un ejército. Los enemigos son la soberbia, la avaricia, la gula, la sensualidad, la pereza… Y es difícil –añade el santo– que estos ataques no nos produzcan alguna herida. San Agustín, Comentario al Salmo 99 . Tomado de Hablar con Dios

Oración

Señor, ¿Qué es el hombre, para que te ocupes de él? ¿Qué es un hijo de hombre, para que pienses en él? Tu amor es como los montes más elevados, tu ternura como un gran abismo. Bendito seas, oh Padre, roca mía, en tu Hijo Jesús, mi hermano y Señor: tú das plenitud al tiempo de mi existencia, das nuevo vigor a mi lengua seca, vuelves a abrir mis ojos, refuerzas mis rodillas debilitadas, porque he combatido contigo, Señor, y has prevalecido; me has seducido y yo me he dejado seducir. Tú eres mi bendición: bendíceme, Señor, mi Dios y mi todo. Te amo, Señor, fuerza mía. Amén


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