Reflexión Miércoles 25 de agosto | 21a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar

Reflexión Miércoles 25 de agosto

Reflexión Miércoles 25 de agosto de 2021
21a. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. 1 Jn 2, 5)
R/. Aleluya, aleluya.

En aquel que cumple la palabra de Cristo el amor de Dios ha llegado a su plenitud. R/.

EVANGELIO

Mateo 23, 27-32
Ustedes son los hijos de los asesinos de los profetas.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos:
«¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque son semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre! Así también ustedes: por fuera parecen justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les construyen sepulcros a los profetas y adornan las tumbas de los justos, y dicen: ‘¡Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, nosotros no habríamos sido cómplices de ellos en el asesinato de los profetas!’.

Con esto ustedes están reconociendo que son hijos de los asesinos de los profetas. ¡Terminen, pues, de hacer lo que sus padres comenzaron!». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

Dos acusaciones más de Jesús contra los fariseos, con los que terminamos esta serie, nada halagüeña para las clases dirigentes de Israel. Según él, esos letrados y fariseos hipócritas se parecen a «sepulcros encalados», por fuera «con buena apariencia», pero por dentro «llenos de podredumbre». Los sepulcros se blanqueaban, entre otras cosas, para que se pudieran distinguir bien y no tocarlos, porque eso dejaba impura a la persona.

Además, los fariseos levantan mausoleos o adornan los sepulcros de los profetas muertos por sus antepasados: pero ellos mismos rechazan a los profetas vivientes, y están a punto de asesinar al enviado de Dios, con lo que van a «colmar la medida de sus padres».

Jesús sigue fustigando el pecado de hipocresía: aparecer por fuera lo que no se es por dentro. Como había condenado los árboles que sólo tienen apariencia y no dan fruto, aquí desautoriza a las personas que cuidan su buena opinión ante los demás, pero dentro están llenos de maldad.

Una evaluación profunda

¿Se nos podría achacar algo de esto? ¿no andamos preocupados por lo que los demás piensan de nosotros, cuando en lo que tendríamos que trabajar es en mejorar nuestro interior, en la presencia de Dios, a quien no podemos engañar? ¿es auténtica o falsa nuestra apariencia de piedad? ¿seria muy exagerado tacharnos de «sepulcros blanqueados»?

También conviene que nos evaluemos en el otro aspecto que Jesús denuncia: ¿somos de las personas que, de palabra, se distancian de los malos, como los fariseos de sus antepasados («nosotros no hubiéramos hecho eso de ninguna manera»), pero en realidad somos tan malos o peores que ellos, cuando se nos presenta la ocasión?

Se podría decir algo así de la Iglesia, que denuncia, y con razón, los defectos de la sociedad, pero que puede caer en las mismas faltas que critica, como la ambición o la violencia o el interés por el poder? Y también de cada uno de nosotros, los «buenos», siempre tentados de creernos los mejores, los perfectos, cuando en realidad tal vez somos espiritualmente más pobres que los que tenemos por alejados o no creyentes. (José Aldazabal Enséñame tus Caminos. Vol. 5, CPL, Barcelona, 1997 pp. 312-315)

Reflexión Miércoles 25 de agosto de 2021

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión Miércoles 25 de agosto de 2021
El verdadero proceder de un testigo del Evangelio.
El verdadero testigo del Evangelio ha de ser de conducta recta orientada al bien de las personas, generosa saliendo de la comodidad, flexible sin cambiar el Evangelio y orientada a la gloria de Dios.
Para la reflexión personal

Nosotros hemos heredado también costumbres religiosas de los que nos precedieron: ¿corresponden a los nuevos compromisos que la fe nos exige hoy en el mundo en que vivimos, o se han convertido en rutinas anacrónicas y estériles?
Frailes Dominicos

Oración

Oh Dios justo y misericordioso: Tú conoces lo que hay en nosotros. Perdónanos,  por que con frecuencia estamos tan ocupados que no tenemos tiempo para pararnos, mirar atrás y ayudar a los que se sienten demasiado cansados para seguir adelante. Perdónanos porque muchas veces condenamos a los demás sin haber intentado comprenderles. Que la justicia, la misericordia y el servicio no sean asunto exclusivo de otros, sino que sean nuestra preocupación y nuestra vida, motivados por aquél que nos dijo que teníamos que buscarle y acogerle en los otros. Amén.


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