Reflexión Viernes 2 de julio | 13a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar

DEJAR NUESTRAS SEGURIDADES
Reflexión Viernes 2 de julio

Reflexión Viernes 2 de julio de 2021
13a. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Mt .11, 28)
R/. Aleluya, aleluya.

Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Mateo 9, 9-13
No son los sanos los que necesitan de médico. Yo quiero misericordia y no sacrificios.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió.
Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: «¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?».

Jesús los oyó y les dijo: «No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

La lectura del libro del Génesis nos presenta a Abraham como padre en la fe, que continúa creyendo, más allá de toda evidencia sensible, en la Palabra del Señor. Prosigue el proyecto divino esperando contra toda esperanza; más aún, su adhesión a Dios se vuelve, con el tiempo, cada vez más convencida, más audaz, más animada por una certeza inquebrantable. 

También a Mateo se le dirige una invitación: «Sígueme». Y también él lo deja todo y se pone a seguir inmediatamente a Jesús, renunciando a su propia posición, a sus propias comodidades, para seguir a un rabí que no tiene dónde reposar la cabeza. 

También nosotros nos ponemos en camino, cada día, a la voz del Señor, que resuena en la Iglesia a través de la Palabra proclamada en la liturgia. El itinerario es siempre el mismo: dejamos a nosotros mismos, dejar nuestras seguridades, nuestras ganancias, para emprender el camino siguiendo la voz de Cristo, que nos llama. 

Abrahán acaba siendo propietario no de toda la tierra prometida, sino de una cueva sepulcral. Mateo está llamado a dar la vida por su Señor, porque el discípulo no es más que el maestro.

¿Y nosotros?

¿Somos conscientes de que hemos sido llamados a dejarlo todo? El Señor ha venido a ofrecerse a sí mismo para hacernos capaces de entrar en su movimiento oblativo de ofrenda. Sólo aceptando el riesgo de esta pérdida, de esta muerte en favor de la vida, se nos permitirá entrar en la tierra de la gratuidad, engendrar una posteridad sin número, porque siguiendo al Maestro estamos llamados cada vez más a ser una sola cosa con él y con el Padre en el Amor que les une.

Se comprende, por tanto, el escándalo de los fariseos al ver a Jesús sentado a la mesa con semejantes pecadores públicos, que se le acercaban en plan familiar. Jesús les responde presentándose como un médico venido a curar a los enfermos. 

Cuanto más pecadores seamos, tanto más se acerca el Señor a nosotros, porque tenemos necesidad de Él y viene a buscarnos. «Entended, dice Jesús, lo que significa «misericordia quiero y no sacrificios»» (Cfr. Os 6, 6). A Él debemos volvernos todos, porque no será el culto exterior, los sacrificios y las expiaciones lo que nos cure, sino el descubrimiento de su amor. Su misericordia, en efecto, envió a Jesús a sacrificarse en la cruz, porque ninguno de nosotros es justo. El único justo ha entregado su vida para que todos nosotros fuéramos sanados. (Lectio Divina. Zevini-Cabra)

Reflexión Viernes 2 de julio de 2021

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión Viernes 2 de julio de 2021
La gracia del hastío.
Pidámosle a Dios que llegue el momento en que sintamos fastidio, repugnancia y hastío de aquello que nos pareció deleitable, para que rechacemos lo que nos tenga prisioneros.
Para la reflexión personal

Nuestro amor a Dios se expresa en los actos de culto, pero también se manifiesta en todas las acciones del día, en las pequeñas mortificaciones que impregnan lo que hacemos, y que llevan hasta el Señor nuestro deseo de abnegación y de agradarle en todo. Tomado de Hablar con Dios

Oración

Danos, Señor, una viva experiencia de ti, capaz de ponernos en un camino sin retorno, un camino que conozca únicamente el deseo cada vez más apasionado de contemplar tu rostro. Purifícame con el fuego de tu amor, para que nuestro pecado, el egoísmo, no nos encierre más en la estrechez de nuestras seguridades. Aferrados por ti, haz que podamos correr detrás de ti cumpliendo todas tus palabras, seguros de que sólo en ti podremos encontrar la plenitud de la paz y de la alegría. Amén


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